Karate

Agustín Sánchez alcanza la cima del Elbrus

Hemos de felicitar a Agustín Sánchez Ortega, miembro de la sección de karate del club, que tras realizar una excelente temporada y preparar el examen de cinturón negro 2º Dan se empeñó en llevar al karate y al C.N.P a lo más alto de Europa consiguiendo ambos proyectos. Alpinismo, actividades de montaña y karate deportes practicados por la sección de karate.
 
CRÓNICA DEL ASCENSO AL ELBRUS DE AGUSTÍN SÁNCHEZ ORTEGA:
 
Quién me iba a decir hace 4 años que iba a alcanzar la cima del monte más alto de Europa. El Elbrus. Con 5.642 m. Es más. Quién me iba a decir hace 4 años que yo iba a subir cualquier monte. Aunque siempre me ha gustado practicar deportes, sobre todo artes marciales, tenía las montañas como algo que forma parte del paisaje. Nada más. Pero una cosa llevó a la otra y, resumiendo, las montañas han pasado a formar parte de mi vida.

El monte Elbrús está situado en la parte occidental de la cordillera caucásica, en Kabardia-Balkaria, cerca de la frontera de Georgia. En Rusia. Este verano decidí cambiar los Sanfermines por el intento de ascensión a este monte. Empezamos con unos días de aclimatación desde nuestro campo base en el valle de Baksan. De ahí pasamos al siguiente nivel, el refugio de Gara Bashy (3880 m), continuando con nuestra aclimatación, subiendo hasta los 4600 m.

Para el que lo desconozca, como era mi caso hasta hace poco, el funcionamiento de la ascensión a montes a partir de cierta altura requiere un proceso de aclimatación. El fin último, evitar el mal de altura. No puedes decir que este sábado vas a subirte un monte y no preocuparte más que de dónde vas a almorzar después. El mal agudo de montaña llamado coloquialmente mal de altura, es la falta de adaptación del organismo a la hipoxia (falta de oxígeno) de la altitud. La gravedad del trastorno está en relación directa con la velocidad de ascenso y la altitud alcanzada. De manera inversa estos síntomas normalmente desaparecen al descender a cotas más bajas. Ocurre normalmente a partir de los 2.400 metros de altitud.

Así que, una buena forma física y una buena aclimatación son imprescindibles para conseguir este objetivo. La preparación física me la dio el kárate, y la entera entrega de toda la temporada a la preparación de mi 2º Dan, correr y hacer montes. La aclimatación, subir metros y metros. Cada vez más alto.

Aunque ya llevo varios montes a la espalda, algunos de ellos repetidos hasta la saciedad (Izaga, San Donato, etc.), subir el Elbrus es otra cosa. El sufrimiento físico, el frío, el cansancio, incluso cierta pérdida de control de la consciencia, son parte del equipo que hay que llevar en la mochila. Pero todo merece la pena si consigues tu objetivo. Como dicen los alpinistas “hollar la cumbre”.

Y así fue. Lo conseguí. Tanto mis compañeros como yo llegamos a la cima del Elbrus. Sentimientos encontrados: alegría, risas, lloros, abrazos. Todo se junta en ese momento en el que no puedes llegar ya más alto. Aunque no hay que olvidar que aún falta la mitad del camino: volver a bajar.

Y esta es mi historia.
 
Agustín Sánchez Ortega
 

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